Volviendo al asunto que nos trae aquí, saber qué lleva a un adolescente a beber quizá puede ayudarnos a acercarnos a ellos y trabajar a nivel preventivo más que a nivel de juicio o crítica vacía.
A mi parecer, los motivos principales que lleva a los adolescentes a beber alcohol son la desinformación (muy clara la forma de paliarla), la vinculación con el grupo, el efecto contagio entre iguales, la búsqueda de sensaciones, la curiosidad, la desinhibición y la imitación.
Cuando un adolescente conoce qué es el alcohol, sus efectos y cómo funciona su cerebro la perspectiva y la relación que se establece cambia.
La vinculación grupal y el efecto contagio, son dos factores que pueden paliarse a través del ofrecimiento, por parte del mundo adulto, de diferentes alternativas para estar juntos y divertirse. Aunque es mejor que la opción no llegue por parte de sus padres, pues por el mero hecho de venir de quienes viene la alternativa se negarían a hacerlo en la mayoría de los casos.
Por último, en relación a la búsqueda de sensaciones, la curiosidad y la desinhibición, tenemos poco que hacer más que informarles de que esto está aquí, no a modo de taller puntual que se olvida pronto, sino mediante un trabajo continuado y transversal de autoconocimiento y crecimiento personal.
Están en un momento de absoluto cambio, de caos y donde además se les exige más de lo que están preparados para asumir en muchos planos: psicológico, biológico, fisiológico y social. Por un momento, haced un ejercicio de empatía, cerrar los ojos e intentar conectar con una situación en la que estuvierais en un mar de emociones desordenadas, sin saber qué camino coger y en la que cada día es un reto nuevo y más difícil que el anterior. No es fácil caminar en esos zapatos, mi propuesta es que abracemos ese niño metido en cuerpo de adulto e intentemos acompañarle lo mejor posible.
Y para hacer esto posible la compasión es una gran compañera, y a eso os animo, a tratarlos desde la compasión.
Sara Sayago, psicóloga