VAMOS A HABLAR DE DEPRESIÓN Y SUICIDIO

No, no podemos, ni debemos, ni queremos, dejar pasar esta oportunidad para reivindicar la importancia de la salud integral. La necesidad social de llegar a tantas y tantas personas que no pueden ni tienen los medios suficientes para costearse un proceso y la salud mental es fundamental. Los medios que debemos ofrecer como sociedad deben incluir sí o sí la psicología y tratamientos o procesos de larga duración.

Evidentemente hay muchos síntomas y patrones que pueden llevar a un estado depresivo y en su extremo, al suicidio. Pero… ¿Qué podemos reflexionar como sociedad? Queremos reflexionar junto a vosotras responsablemente.

LO MÁS IMPORTANTE: Hablemos con naturalidad, fuera tabúes. Es importante informarnos, no caer en el juicio y normalizar pedir ayuda si algo no marcha bien a nivel emocional.

 

¿Qué desencadena una crisis depresiva?

A veces puede ser una situación traumática, un duelo, un acontecimiento que me genera impotencia, una situación que supera las herramientas que tengo a mi alcance, un ámbito concreto donde se me invalida y no se me reconoce…

Lo más importante, además de identificar qué me ocurre, es la escucha, la compañía y el apoyo. A veces con estar cerquita de esa persona es suficiente en un primer momento.

¿Cómo podemos escuchar y acompañar a una persona en una situación difícil o dolorosa?

Además de conocer las trayectorias y vivencias de nuestros seres queridos (La comunicación es la herramienta fundamental). Es importante validar sensaciones, emociones, y observar cambios importantes en su conducta. Quizás en los más peques no se manifieste siempre a través de tristeza, y sea más habitual observar episodios de ira continuos. No es sencillo para un peque o adolescente identificar su estado emocional o sostenerlo, y pueden expresar la tristeza de formas diversas.

Ahí radica la importancia no sólo de la atención terapéutica cuando localizamos los síntomas y tenemos la suerte de poder costearnos un proceso terapéutico. Es vital la educación emocional como herramienta preventiva, conocernos desde edades tempranas e identificar qué sentimos de forma integral, poder expresarnos, desahogarnos y entendernos de una forma compasiva y cuidada.

¿Qué podemos hacer como seres queridos?

Llegados a esta situación, nuestra propuesta siempre va a ser recurrir a una persona especializada. Y, además, algunas de estas propuestas seguro que pueden ayudar un poco.

Acompañar sin juicio, quizás no es tan importante qué está sucediendo, sino cómo lo está viviendo la persona, qué está ocurriendo en su sistema nervioso, en su conducta y qué puede ayudarle en ese momento.

Tiempo de calidad y escucha. Confianza y compañía que ofrezcan a nuestro ser querido además de cierta seguridad, un sistema que le permita expresarse y pertenecer.

Observar si aparecen síntomas como la indefensión, la vergüenza, la culpa, el agotamiento, el colapso (a veces a través de la interacción con sustancias que nos ayudan a desconectar), la apatía. Todo aquello que nos lleva a pensar que la persona no está viviendo sanamente y además, persiste en el tiempo.

Y no menos importante: NUEVAS TECNOLOGÍAS Y REDES SOCIALES.

Cuidar la comunicación en redes, y la gestión de la rabia a través del insulto, agresión. Todas sabemos que en los diferentes perfiles hay personas y no podemos dejar de educarnos.

 No, no debería estar validado ninguna agresión en ningún formato. ¿Cómo queremos aprender a gestionar la rabia? ¿De veras queremos construir una sociedad en la que se rebasen los límites de la convivencia? Quizás, debemos cuidarnos primero como adultos, y cuidar a los más peques del odio y la sensación de impunidad que proporciona insultar y agredir a través de las redes sociales. Hay que buscar formas sanas de canalizar la frustración y rabia acumulada. Nunca validar emplearla desde la agresión, ni restarle importancia.

 

Equipo Rumbos

¿Qué es cuidarse emocionalmente durante el embarazo? Claves para ponerse manos a la obra

Imagino que no va a ser ninguna sorpresa que os invitemos a cuidaros «también»
de forma emocional durante el embarazo.

Estamos en la era de la información y es sabido y refrendado por las ciencias de
la salud que cuidarse emocionalmente durante el embarazo va a proporcionar
muchos beneficios al desarrollo del bebé física y emocionalmente y también a la
nueva «mamá» y «papá» que va a gestarse junto con la criatura.

Pero ¿qué es cuidarse emocionalmente?… Os ayudo a entenderlo. Os señalo
cuatro áreas o cuestiones importantes a tener en cuenta.

 

1. Poder tener unas expectativas realistas sobre las necesidades del bebé y las propias en nuestra nueva realidad.

En ocasiones nos acercamos al momento de ser madres y padres con una visión
poco realista de la aventura en la que vamos a embarcarnos. A veces esa visión
es romántica e idealizada y otras veces es temerosa y tenemos necesidad de
controlar anticipadamente demasiadas cosas.

Durante el embarazo es importante poder acceder a información de buenas
fuentes (ciencia, cultura, emociones… Bien documentada y actualizada) que os
ayuden a prepararos para entender las necesidades auténticas de los bebés
humanos y de esa forma poder favorecer su desarrollo y un vínculo seguro con
ellos.

No se trata de hacer un «máster»… pero sé por experiencia que hay muchos mitos
que desmontar sobre las necesidades y la crianza de los bebés.
También es importante que podáis “asomaros” al postparto durante el embarazo,
pudiendo anticipar un poquito, cuáles van a ser las emociones y necesidades
que suelen ser habituales en ese proceso, tanto para las mujeres como para las
parejas.

2. Gestión emocional.

Nos enfrentamos al mandato «no puedes disgustarte ya que eso le afecta al
bebé». Y asociado a esa máxima, existe una culpa o exigencia que sostenemos
cómo podemos o sabemos.

La neurociencia nos da claves de que es real que el estado emocional y el estrés
que vive la madre durante el embarazo va a influir en el desarrollo del cerebro
emocional del bebé.Sin embargo, lejos de ser una «condena», ésta evidencia yo
la entiendo dentro de las estrategias adaptativas evolutivas de cara a la
supervivencia de la especie y a mi juicio supone cómo un «entrenamiento» a la
realidad extrauterina.

Ni que decir tiene, que es importante responsabilizarnos de cuidar
terapéuticamente situaciones en las que estemos viviendo mucho estrés y/o
situaciones de mucho sufrimiento a nivel emocional, esto es bastante evidente.
Sin embargo, también en situaciones más normalizadas, el que nos hagamos
más hábiles en la expresión y gestión de nuestras emociones y necesidades va
a dotar a nuestro sistema completo, en el que está incluido el bebé, de nuevos
recursos que serán beneficiosos para todos.

3. Hacer equipo.

Nuestra realidad está evolucionando positivamente hacia maternidades y
paternidades donde la co-responsabilidad es cada vez más frecuente,
afortunadamente.

L@s nuev@s madres y padres, van a vivir progresivamente un cambio en sus
roles, en su identidad. Van a comenzar a percibirse a ell@s mism@s
individualmente y dentro de la relación de pareja desde esa nueva identidad.
Como en cualquier transformación, la comunicación entre ell@s va a suponer un
factor protector y favorecedor del bienestar. Trabajar las dudas, necesidades,
miedos, toma de decisiones… junt@s es importante desde el embarazo.

4. Autoconocimiento.

El momento del embarazo es un momento emocionalmente muy «sensible».
Cuando digo sensible, no me refiero a que estamos llorando por las esquinas…
que a veces también pasa. Me refiero a lo especialmente «disponible» que
estamos a poder conocernos mejor y entender por qué somos como somos.

Durante el embarazo las mujeres vivimos un proceso que es llamado
«transparencia psíquica» y en mi experiencia siento que también es posible que
la pareja pueda contagiarse de esta realidad emocional.

Nuestra psique se encuentra más fácilmente en contacto con las necesidades
de nuestra propia etapa primal, las sensaciones o necesidades que se guardaron
en capas más profundas de nuestro cerebro, durante el embarazo emergen en
cierta medida. Este mecanismo tiene de nuevos una función adaptativa, va a
poder sintonizarnos biológica y emocionalmente con las necesidades del bebé
que llega.

Y está transparencia psíquica a veces deja al descubierto necesidades de
nuestra estructura de carácter que es muy interesante que podamos atender y
entender. Nos da la oportunidad de conocernos mejor y trabajar cuestiones que
para transformarlas en beneficio propio y por ende también para nuestro bebé.

Estas son algunas de las ideas importantes a tener presente de cara al cuidado
emocional en la etapa del embarazo. Esperamos que os haya resultado
interesante y útil esta información.

Lidia Claudel, psicóloga especializada en el ámbito perinatal.