Autorregulación emocional para personas con Autismo y/o Discapacidad intelectual

La Autorregulación es una habilidad que se puede entrenar, es básica y necesaria para conseguir una mayor autonomía y un mejor desempeño en contextos interactivos, en definitiva, para lograr una mejor calidad de vida. Los niños, niñas y adolescentes con TEA suelen mostrar niveles de ansiedad más elevados debido principalmente a su pensamiento rígido, a sus dificultades para manejar los cambios y a sus limitadas habilidades socio-comunicativas. Esos niveles de estrés más elevados, unido a una menor resistencia a la frustración, hace que tengan una mayor probabilidad de episodios de descontrol emocional y conductual.

Como bien sabemos, si algo no nos gusta lo único realmente útil que podemos hacer es cambiarnos a nosotros mismos, o al menos la actitud o creencia desde donde enfocamos lo que vivimos. Y ya que la situación actual de confinamiento en casa puede llegar a suponer una de esas situaciones altamente estresantes, especialmente para personas con Autismo y/o con discapacidad intelectual, o incluso niños pequeños sin lenguaje verbal, hemos recopilado 5 ideas para la gestión emocional que esperamos os sirvan de apoyo:

1.- Entrenamiento en Inteligencia Emocional: se define como la habilidad de identificar, comprender y regular las emociones propias y las de los demás. Para ello os dejamos dibujos y dinámicas sencillas para hacer en casa extraídos de internet. Asimismo hay numerosas aplicaciones para el móvil y tablet muy atractivas, aunque ya sabemos que hay que dosificar el tiempo de uso de las pantallas y más aún ahora que tenemos que estar muuuucho tiempo en casa.

2.- Autoconocimiento: para un buen autoconcepto y una buena autorregulación emocional es indispensable conocernos a nosotros mismos, especialmente nuestras virtudes y defectos. Para ello os dejamos también actividades divertidas, tales como “mi nombre- mis virtudes”, “todo sobre mi”, “me gusta- no me gusta”.. etc.

3.- Entrenamiento en Conversaciones: en una conversación cara a cara el componente verbal solamente representa un 35%. Por tanto, más del 65% es comunicación no verbal, es decir, la comunicación de nuestras emociones, la postura corporal, el contacto visual y los gestos. Para mejorar la comunicación interpersonal tenemos que desarrollar una escucha activa, que consiste en mantenerse concentrados en el mensaje que la otra persona nos da directamente así como en lo que expresa emocionalmente.

Para ello es necesario desarrollar la empatía, mantener el contacto visual y una sonrisa ligera. Así como realizar asentimientos con la cabeza que aporte validación emocional o feedback a nuestro interlocutor para que sepa que le estamos atendiendo y entendiendo. Es bueno que alentemos a nuestros niños y niñas a que si no entienden algo puedan expresarlo y decir «no sé» o cualquier respuesta similar, claro que para ello nosotros, sus modelos, sus referentes, debemos hacerlo con anterioidad, pues somos el ejemplo, el espejo en el que se miran y al que imitan. Igualmente adjuntamos varios ejemplos para iniciar conversaciones e historias sociales.

4.- Cuando pierde el control: cuando el peque se sienta desbordado y a punto de explotar puede recurrir a la Rueda de Soluciones (según su nivel de simbolización) para escoger una manera adecuada de gestionar esa emoción. Aprovecha y recuérdale, mientras hacéis la rueda personalizada con anterioridad, que todas las emociones son buenas y deben expresarse, pero que debemos esforzarnos para encontrar la mejor manera de hacerlo y así no dañar a los demás ni a nosotros mismos. Recordemos que somos sus mejores ejemplos y actuemos en consecuencia cuando vivamos momentos incómodos. Además de favorecer el uso de autoinstrucciones positivas que irán interiorizando hasta convertirlas en la voz de su conciencia.

5.- Rincón de la calma: un lugar diseñado entre los peques y los papis para que pequeños y mayores puedan acudir un ratito cada día para sentarse tranquilos e integrar acciones relajantes (y sobre todo después de que hayan tenido un conflicto o problema de conducta para resolver la situación de forma adaptada y respetando a cada una de las partes, empezando por uno mismo). Los elementos que puede contener son:

>Música alegre y relajante: un dispositivo con música que les evoque recuerdos, experiencias y emociones positivas, (con unos cascos mejor para introspección o sin ellos para poder bailar y liberar tensión con el movimiento). O https://elefantezen.com/meditaciones-guiadas-para-ninos/

>Apoyos visuales de autorregulación: la info visual es más sencilla de procesar, especialmente cuando están agitados, ya que en la agitación se hace más difícil escuchar conscientemente debido a que las emociones pueden bloquear nuestra capacidad de atención. La técnica más importante es hacer Respiraciones Conscientes, para después repasar una de las opciones de resolución de problemas o alternativas adaptadas para los enfados.

>Dibujos: este es un recurso fantástico para regular y apaciguar las emociones fuertes mientras las estamos experimentando. Eso ayudará a reconectar el cerebro emocional con el racional (integrando esa emoción que sacamos del sistema límbico para procesarla a través de los lóbulos frontales). Además nos ayuda a parar, nos centramos en otra actividad que desvía la atención y descargamos nuestra emoción de una forma segura para todos. Una vez acabado el dibujo lo pueden romper o meter en la caja de los enfados para que éste pueda irse.

>Libros con imágenes o pictogramas: estos pueden ayudarnos a centrar la atención en algo más agradable y permitir ese tiempo de regulación hormonal que necesita el cuerpo tras emociones muy intensas. Aquí puedes encontrar muchas opciones.

>Integración Sensorial: podéis crear juntos elementos que inducen a la relajación, como las pelotas sensoriales (como un globo o calcetín lleno de arroz); aceites con olores dulces, colocar luces tenues y cálidas, descalzarse, beber agua, abrazos y besos, una ducha calentita o cualquier cosa que os pueda ayudar en esas situaciones, tanto a ellos como a vosotros y vosotras.

Es importante recordar que cualquier cosa que queramos que lleven a cabo desde la autorregulación emocional, y en cualquier ámbito de sus vidas, deben verla en sus referentes, pues aprenden por imitación. Aprenden mucho más de lo que nos ven hacer que de lo que les decimos que tienen que hacer.

Os dejamos a continuación estas imágenes como recursos por si os pueden ayudar.

Marta Alonso Pila, psicóloga especialista en IAC y TEA

LA NEUROCIENCIA Y LA RESPONSABILIDAD. Porque dar un paso adelante en conocer cómo funcionamos está al alcance de todos y es fundamental. Copia

¿Por qué se habla tanto de Neurociencia ahora? Neuroeducación, neuropsicología, neurodesarrollo, neuromarketing…

Hoy en día no paro de ver este prefijo por todas partes. Personalmente, no creo que hoy se dé más importancia que antes o esté de moda especialmente, lo que creo es que los avances en los últimos años en estas áreas, gracias a técnicas de imaginería en vivo, están siendo muy potentes y permitiéndonos abrir los ojos a todo un mundo nuevo.

En los últimos años he usado la Teoría del Cerebro Triuno (Paul McLean, 1949) en muchas ocasiones. Y es que es un modelo teórico simplista, pero que a padres y profesorado nos ayuda a entender muchas cosas, a tener una visión más compleja de lo que está transmitiendo el alumnado con su conducta.

Tras esta llegó la Teoría Polivagal (Stephen Porges, 1995), que ha ayudado a complejizar nuestro entendimiento y revolucionar la visión del ser humano y su salud psicofisiológica. Y pese a ser una gran revolución, aún no ha llegado a tener el calado en nuestra sociedad que se merece.

Como transmite Rafael Nieto, uno de nuestros maestros en Neurociencias, considero fundamental que este conocimiento esté en las aulas. Desde que mi hijo entrara el curso pasado en la escuela infantil, está aprendiendo sobre su cuerpo, está en todos los planes educativos como un objetivo fundamental en todas las edades.

Conoce al detalle el proceso de la digestión, la respiración y el corazón, pero sobre los cerebros y Sistemas Nerviosos es poco aun lo que se incluye en nuestro aprendizaje: cerebro, sistema vagal, sistema simpático, cerebro del intestino, del corazón…  Conocernos a nosotros mismos en cómo sentimos, pensamos y funcionamos es Neurociencia, está más al alcance de todos de lo que pensamos, y es fundamental en nuestros procesos de aprendizaje. Así que, en las próximas semanas va a ser mi objetivo con la clase de 4 años de mi hijo, llevarles este conocimiento de manera didáctica, práctica, de forma que ellos lo puedan entender. Que en su vocabulario emocional entre también “sentirse conectados, sostenidos” o saber reconocer cuándo y por qué se quedaron “congelados”.

A mi parecer, las personas que trabajamos con otras, y muy especialmente las que trabajamos con niños y adolescentes, tenemos la responsabilidad de actualizarnos continuamente y de llevar este conocimiento al aula, a las salas de terapia, a nuestras casas. ¿Cómo puedo enseñarles a comer sano si no conocen sobre nuestra digestión? ¿Cómo voy a enseñarle a conocerse a sí mismo, cómo voy a practicar Mindfulness con ellos, cómo voy a ayudarles a sanar profundas heridas si no saben qué órganos y cómo están implicados?

Mercedes Laboisse, psicóloga