Ya llevamos unos días desde que comenzáramos la rutina de cole y trabajo, con todo lo que esto implica: muchos horarios que cumplir.

Cumplir los horarios nos suele suponer un estrés añadido, pero todavía estamos en el inicio de curso y puede ser un gran momento para reorganizarnos en casa y planificarnos de forma que no cunda el estrés.

A la vuelta de las vacaciones parece que lo que a final de curso pesaba tanto, ahora ya casi ha desaparecido y estamos más cerca de la armonía en casa. ¿Qué pasa en verano para que parezca que muchos de los problemas del curso desaparezcan? ¿Es magia?

No, no creemos que sea magia sino que el descanso que nos ofrece el verano no es sólo el período de vacaciones, sino que va más allá. Nos da la posibilidad de vivir más relajados al tener menos horarios que cumplir y menos obligaciones, es decir, menos prisas, menos estrés, en definitiva mayor flexibilidad en todo lo que hacemos. Nos dedicamos más tiempo a nosotros mismos y entonces también a los nuestros y a lo que nos gusta. Tal vez el verano viene a enseñarnos lo que realmente necesitamos.

Ahora queda entonces que un poco de todo esto lo integremos al día a día del curso, a que en la rutina no nos fusionemos con las prisas sino que nos planifiquemos para dar cabida también a espacios sin horarios y a espacios de autocuidado.

Al hablar de autocuidado me resulta inevitable pensar en el mindfulness, pues es una herramienta práctica muy fácil de llevar a cabo en el día a día, sólo necesitamos saber cómo hacerlo y querer aplicarla diariamente. Es un entrenamiento cerebral para vivir presentes y conscientes en lo que hacemos, para disfrutar más de cada cosa que hacemos, de cada día.

Para no caer en el estrés de los horarios otra de las claves es no querer hacerlo todo ni querer llevarlo todo para adelante. La perspectiva que nos ofrece el verano puede que sea que paremos, que dejemos la inercia a un lado para mirarnos más, porque eso es lo que más necesitan nuestr@s hij@s, más mirada y más abrazos llenos de amor.

Nuestras recomendaciones para vivir un curso escolar más presentes y menos estresante son:

  1. Abarcar menos cosas que hacer y priorizar las que tenemos y queremos hacer
  2. Planificar las salidas de casa con más tiempo para que no cunda el pánico de las prisas
  3. Recordar lo que nos hacía bien en verano y traerlo al curso escolar, como: tiempo en familia, vivir sin el reloj, hacer lo que realmente nos gusta, espacios de autocuidado…

Para todo esto último los fines de semana son perfectos y hoy comenzamos uno, por ello nuestra pretensión y a lo que os animamos es a quitarnos el reloj, a echarnos en el sofá a leer o ver una peli, a salir a dar un paseo sin rumbo… a hacer lo que nos gusta y sobre todo a dedicarnos tiempo y daros muchos abrazos y besos, que en las familias que hay niñ@s más pequeñ@s ahora los necesitan especialmente.

Los más peques aún se están adaptando a las nuevas rutinas y normas del cole y por eso puede que se muestren más inquietos, por lo que necesitan más paciencia y cariño. Dedicarnos ratos juntos es especialmente reparador estos días.

Rocío, coordinadora del Máster en Educación Emocional en la Universidad Pablo de Olavide